¿Querés saber cómo comencé a escribir? Leé este artículo y enterate

Bienvenidos a un nuevo artículo. Sé que no tengo constancia con el blog, pero como llevo dos libros escritos y ya publicados, es necesario entrenar la escritura para no olvidarme de todos los conocimientos que he adquirido en talleres literarios y al corregir mis cuentos. Escribir un blog es algo que hace muy bien porque sirve para expresarse. En esta ocasión quiero sacar para afuera el cómo nació mi “yo” escritor.
YO


6 CUENTOS

LA PESADILLA DE CARLITOS









AQUEL NIÑO MONGOL, UN PROTAGONISTA NO ESTEREOTIPADO 

Imagen representativa del niño mongol

No es la primera vez que menciono que “Aquel niño mongol” es el título del primer cuento que escribí. Con ese cuento comenzó mi aventura por el mundo de las letras. Pero, ¿cómo surgió? ¿Por qué un niño con un origen tan exótico como protagonista? Seguí leyendo y descubrilo.

Algunas veces he tenido la posibilidad de hablar sobre mis comienzos en la escritura, ya sea en entrevistas o en presentaciones de mi libro (recordemos que “Aquel niño mongol” forma parte de “6 cuentos”), y nunca falta la famosa pregunta, “¿Cómo empezaste a escribir?” o “¿Cuándo empezaste a interesarte por la literatura?”

Siempre cuento que esto empezó a mis 22 años, era el año 2018 y se estaba disputando el Mundial de Fútbol de Rusia, y algunas palabras más.

Seguramente no terminen de entenderlo al 100%. Es una historia que es un poco difícil de explicar, pero voy a poner toda la onda para contarla con la mayor cantidad de detalles posible.

AHORA SÍ, LA HISTORIA DETRÁS DEL RELATO 

Si no leíste el cuento no sabrás de qué se trata, para eso te invito a que adquieras mi libro. Escribime acá. Si ya lo leíste, seguramente entenderás de qué voy a hablar a continuación.

Soy argentino. En mi país, el fútbol es para muchos un modo de vida. Es difícil encontrar en Argentina a alguien que no hable de fútbol, sobre todo cuando la cosa es a nivel selecciones. Con más o menos fanatismo, todos nos sentamos frente al televisor con el mate y las facturas o con un asadito para ver el partido que le toca disputar a la selección argentina.

Se sabe que la selección argentina es de las mejores del planeta. Otras que también lo son pueden ser Brasil, Alemania, Francia, Italia, Inglaterra, España. En esos países el fútbol es tan popular como en Argentina. Cada vez que hay un evento futbolístico esos países se convierten en una fiesta. Las eliminatorias al Mundial tanto sudamericanas como europeas siempre dejan partidos para el recuerdo, ya sea por el resultado sorprendente o porque ocurre algún hecho poco habitual de ver en el deporte rey.

Sin embargo, esto no es igual en todos lados. En otros rincones del mundo, el fútbol no es el deporte rey o el más consumido por la población, o puede que sí lo sea, pero el nivel de su selección es bastante bajo (nunca han ido a un Mundial, por ejemplo). Es el caso de Mongolia, país de origen del protagonista del cuento.

En Mongolia el fútbol es de un nivel muy bajo. Su liga de fútbol es semiprofesional, es decir, los jugadores no viven de jugar al fútbol. Ni hablar de que es poco conocida (por no decir que nadie la conoce, hay información en Internet, pero es bastante poca).

Posiblemente te preguntes, ¿por qué a la selección de Mongolia nunca se la ve jugando al fútbol? ¿Alguna vez Mongolia jugó partidos contra Argentina o Brasil?

La respuesta es que no se la ve jugar porque es una selección con poca historia futbolística. De hecho, la primera eliminatoria que disputó fue rumbo al Mundial de 2002. Posiblemente ni sepas dónde queda Mongolia. Está en Asia. Recientemente ha dado sus primeros pasos como equipo de fútbol.

Debido al “amateurismo” de esta selección y su fama de destino exótico, me sentía representado por ellos. Ahí nació el niño mongol, un personaje ficticio proveniente de un país exótico que termina descociéndola jugando al fútbol con niños argentinos y que comienza siendo rechazado por sus orígenes desconocidos.


CONCLUSIÓN 

Seguramente yo sea un hombre que apenas está dando sus primeros pasos en la vida, al menos a nivel profesional, por eso he de sentirme representado por el equipo nacional de Mongolia y de ahí la necesidad de darle vida a este personaje y este cuento, como símbolo de identificación personal con este equipo de fútbol modesto.

Después de “Aquel niño mongol” vino todo lo demás, pero este cuento guarda un lugar especial en mi corazón por todo esto que acabo de comentar.

Si te interesa saber más de la historia del fútbol en Mongolia, hace click aquí.

Y hasta acá este artículo. Espero que te haya gustado. Si te gustó, te invito a hacérmelo saber abajo en los comentarios.

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Saludos

Emiliano.

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